La felicidad es una elección

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Lo han apodado “el hombre más feliz del mundo”, y los que lo conocen dicen que su tranquilidad y alegría son contagiosos. Matthieu Ricard es bioquímico por profesión, pero ha vivido los últimos 35 años como un monje budista en un monasterio recluido en las montañas de Nepal. Es un participante activo en las investigaciones actuales sobre los efectos de la meditación en el cerebro, viaja por el mundo como el traductor oficial del Dalai Lama, y dedica su tiempo libre a colaborar con distintos proyectos humanitarios en el Tibet y Nepal. Ha escrito varios libros fascinantes, incluyendo uno en co-autoría con su padre, el filósofo francés Jean-Francois Revel (El monje y el filósofo). Este fragmento es de su libro Happiness. A Guide to Developing Life’s Most Important Skill (La Felicidad. Una guía para desarrollar la habilidad más importante de la vida)

“Cualquiera que disfruta de paz interior no sucumbe ante el fracaso ni se infla con el éxito. Puede vivir sus experiencias a fondo en el contexto de una vasta y profunda serenidad, ya que entiende que las experiencias son efímeras y que es inútil aferrarnos a ellas. No habrá una caída abrupta cuando las cosas vayan mal y se enfrente a la adversidad. No se hundirá en la depresión, ya que su felicidad se apoya en cimientos sólidos. Un año antes de su muerte en Auschwitz, la notable Etty Hillesum, una joven holandesa, dijo: ‘Cuando tienes una vida interior, no importa de qué lado del muro de la prisión te encuentras… He muerto mil veces en mil campos de concentración. Lo sé todo. No hay información nueva que me acongoje. De una forma u otra, ya lo sé todo. Y, sin embargo, encuentro esta vida hermosa y llena de sentido. En todo momento.’

Una vez, en un encuentro abierto en Hong Kong, un hombre joven se levantó entre el público y me preguntó: ‘¿Puede darme una razón para seguir viviendo?’ Este libro es mi humilde respuesta a esa pregunta, porque la felicidad es, sobre todo, el amor a la vida. Haber perdido toda razón para vivir es haberse abierto a un abismo de sufrimiento. Por más influyentes que puedan ser las condiciones exteriores, el sufrimiento, como el bienestar, es esencialmente un estado interior. Comprender esto es el pre-requisito clave para una vida que valga la pena. ¿Qué condiciones nos escatiman la alegría de vivir, y cuáles la alimentan?

Cambiar la manera que vemos el mundo no implica un optimismo ingenuo o una euforia artificial diseñada para contrabalancear la adversidad. Mientras seamos esclavos de la insatisfacción y la frustración que emergen de la confusión de nuestras mentes, será tan inútil decirnos a nosotros mismos: ‘Soy feliz! Soy feliz!’ una y otra vez, como si pintáramos una pared en ruinas. La búsqueda de la felicidad no se trata de mirar a través de cristales rosados ni de cegarse al dolor y a las imperfecciones del mundo. La felicidad tampoco es un estado de exaltación a perpetuar a toda cosa; es la depuración de las toxinas mentales, como el odio y la obsesión, que literalmente envenenan a la mente. También es aprender a poner las cosas en perspectiva y reducir la brecha entre las apariencias y la realidad. Para ese fin, debemos conseguir entender mejor cómo funciona la mente y lograr una visión más clara de la naturaleza de las cosas, ya que, en el sentido más profundo, el sufrimiento proviene de malentender la naturaleza de la realidad.”

No se pierdan su excelente charla TED, vale la pena conocerlo en persona.