Las novelas, los cuentos, las poesías… toda literatura siempre dice más que lo que dice. En la narración más inocente se esconden enseñanzas de las que a veces ni el mismo autor fue consciente al momento de escribirlas. Esta cita del bien amado «Principito» que nos insta a mirar más allá de nosotros mismos y ocuparnos del mundo (aunque más no sea el pequeño mundo de nuestra casa, nuestro barrio, nuestra ciudad), anticipándose a las banderas ecologistas que harían su aparición muchos años después.
Y así, el eterno niño de los rulos al viento nos sigue enseñando.
A nosotros, o al niño que llevamos dentro…